lunes, 14 de febrero de 2011

LA COLOMBIA ANTITAURINA





La principal Plaza de Toros de América cumple en el 2011 sus 80 años de Gloria y Arte. En el marco de la celebración de nuestra primera plaza, en donde han comparecido desde Manolete hasta José Tomás, los antitaurinos no se han hecho esperar, balando y mintiendo, parando y berreando, en últimas nuevamente haciendo el bajonazo de no estar a la altura del debate. Sus acciones, como ya es costumbre, se reducen a menguadas concentraciones en la Plaza Sandiego frente al parque de la luz, sitio de escasa circulación taurina al llegar los aficionados por la Macarena y La Circunvalar; se reducen igualmente, eso sí, a una furiosa y barriobajera persecución por los diferentes foros de la red donde dan la sensación de ser muchos siendo poquísimos; en tal marco, el de la celebración de nuestra Plaza y el arreón antitaurino, se ha hecho conocer por la red un blog en donde se infringen las elementales normas de la civilidad –como usar la imagen de un niño, contrariando las leyes de protección infantil en Colombia, o con las calumnias y mentiras usuales en ellos—y el raciocinio, que no sorprende. Atravesado por un espíritu infantil y resentido y tardo, desfilan en el blog tanto afirmaciones como imágenes – montajes elementales en Paint, acusaciones temerarias e infundadas—que reproducimos textualmente para luego discutirlas:
Imagen presente en el Blog Antitaurino, portento del Arte
La plaza de torturas laSantamaríacumple (sic) 80 años fomentando la cultura de violencia.


En primer lugar, no se termina de entender la inclusión de la palabra CULTURA, siendo la que prefiera el lector su significación, dentro de la campaña antiraurina en donde se asegura tan reiteradamente que la fiesta de los toros no se compadece con cultura alguna: al fin qué antitaurinos? Luego, como lo veremos más adelante, el fomento de la violencia desde los ruedos tendría que soportarse con un estudio que relacione y discrimine qué cantidad de delincuentes y actores de la violencia en Colombia asisten a las corridas; lo que dicen sí los estudios a propósito de la violencia es simple y contundente: la violencia en Colombia es producto de la incultura, la ignorancia, el resentimiento y la pobreza (perfil similar al de un anti), presente en la corrupción y los extramuros de las ciudades, lo que no se compadece con el epíteto de ELITISTA con el cual también bellacamente los antis signan a la fiesta. Es difícil, muy difícil imaginar a un taurino como violento, es más fácil imaginarlo como un benefactor de la ciudad (tal la Corporación Taurina de Bogotá, que dona millones de dólares para el mantenimiento de los Parques en la ciudad, siendo éste un fin más ecologista que aquel de los antis, hipócrita y acomodado a su moral), como una persona entendida en Cultura y Arte, en últimas como una persona siempre dispuesta al debate. Un Taurino es ávido lector, catador de Arte entendido, más dispuesto a la contemplación (pues qué otra cosa es una Corrida sino una contemplación) que a la beligerancia, presente siempre en los antis.


Así es, porque allí recibirán sus primeras clases de deslealtad, traición,sevicia, injusticia y corrupción quienes mas adelante dirigirán el país.
En esta olla podrida llamada plaza de toros la Santamaría, recibirán sus primeras clases de una cultura de violencia, los futurosmaltratadores (SIC) y violadores de niños, los futuros espososmaltratadores (SIC) de mujeres, los futuros alcohólicos, los futuros asesinos que al ritmo de las motosierras descuartizan campesinos, los futuros torturadores llamados toreros, los futuros personajes que se ven involucrados en investigaciones por narcoparapoliticomilitares.


Obviando la pobre redacción y cohesión del texto, nuevamente tenemos que exigir los estudios que soporten tales afirmaciones: de ser cierto, entonces tendría que haber una baja presencia de estos fenómenos en los países sin corridas. En África, en los países árabes, en oriente medio, el maltrato de género e infantil están más presentes que en los países del toro, simple y concisamente porque no hay relación alguna entre una corrida y los desequilibrios sociales y personales que producen los fenómenos aducidos. Tendría pues que demostrarse el maltrato infringido a sus semejantes –mujeres o niños- de parte de gentes del toro como Antonio Machado o Federico García Lorca, Fernando Botero o Fernando Hinestrosa o Jorge Eliecer Gaitán, personas de una altísima sensibilidad humana y conocida y dilatada carrera en la lucha por el Arte y los Derechos. Tendría pues que demostrarse la continua asistencia a las corridas de gentes del crimen como Adolf Hitler o Stalin, del Mono Jojoy o Jorge 40, personas de reconocida carrera en la violación de derechos humanos y que, como en el caso de Hitler, tienen a su vez una dilatada carrera en el vegetarianismo y los derechos animales.
Picasso Taurino
En un señalamiento lejos de la realidad se pretende relacionar a la tauromaquia con el deleznable y triste fenómeno del paramilitarismo en Colombia, cosa que se contradice con los hechos: a las corridas en Colombia asisten personas de declarada y frontal lucha contra el paramilitarismo, casos como los de la ex senadora Piedad Córdoba –reconocida a nivel mundial por su labor humanitaria, lo diametralmente opuesto a un paramilitar y símbolo en el país de la lucha contra ellos- el de Alfredo Molano- aficionado de hueso colorado, escritor de libros y columnas en contra del paramilitarismo, lo que le valió su exilio a Barcelona desde donde nos enviaba sus crónicas Taurinas- o Antonio Caballero- escritor de Toros y antiuribista, antiparamilitar, no es gratuito su transito por el Mayo del 68 en París) dejan en claro que los Toros son una fiesta plural, sustantiva en el rechazo a la violencia humana. Será necesario recordarle a los antitaurinos políticos que otro gran aficionado de las corridas que no tienen relación alguna con el paramilitarismo es el archiconocido Ché Guevara, quien entrara vestido de guerrillero a las Ventas de Madrid para presenciar el Arte y la Belleza de una corrida. Ponerle color político a la fiesta es un bajonazo estúpido, propio de mentes criminales e irracionales.


En este circo romano, recibirán sus primeras clases de doble moral los periodistas. De como deben humillarse ante el poder del dinero, y deben rasgarse sus vestiduras, cuando un policía Nacional apalea hasta morir a un indefenso toros (SIC Y ¿???), pero qué (SIC) sin embargo a los 2 minutos se ven obligados a invitar a la tortura y asesinato de toros en la Santamaría.
En este escenario de pan y circo recibirán sus primeras clases los futuros alcaldes, parlamentarios, concejales y militares de cómo es que en Colombia existen dos formas de violencia: la violencia buena, la que ejercen los aficionados a las corridas de toros, la que ejercen las autoridades administrativas y militares para reprimir cualquier expresión de rechazo a las injusticias que comete el Estado Colombiano y la “violencia” mala la que ejercen el pueblo(sic) para rechazar las injusticias o para reclamar sus derechos.
En este apestoso lugar que nos recuerdan los combates entre leones y cristianos, recibirán sus primeras clases de sevicia, crueldad, infamia, los futuros sacerdotes que se verán involucrados en violaciones de niños y patrocinadores de la pederastia. Además serán los mismos que pregonan que el hombre por ser el rey de la creación puede hace lo que le venga en gana a nuestros hermanos los animales. Pero como si esto no fuera poco, se convierten en títeres de la tauromafía promoviendo desde el púlpito de las iglesias las diabólicas corridas de toros.
Qué vergüenza, pero desde ahora pronosticamos con absolutaconvicción (sic) qué jamas(sic) llegarán a celebrar los 100 años de este antro de muerte, porque para esa época (2031), el 99.99% de estosmonstruos(sic) que hoy día disfrutan con la tortura de los toros se habrán(sic) extinguido y ese otro porcentaje (0.000000011) que aún viva habrá tomado conciencia de su obligación que tiene como ser humano de respetar la vida.


Nuevamente se muestra de forma patente que los antitaurinos tienen que recurrir a ejemplos lejanos a los ruedos para atacar la fiesta, demostrando así que su argumentación, al no tocar los ruedos sino terceras prácticas, grita con escándalo que las corridas no pueden ser criticadas al ser pocos y nulos los contraargumentos. Emparentar las corridas con el circo romano, la pederastia de la iglesia (cuando en el mismo blog muestran con orgullo una foto de Vallejo, sospechosa por demás) o la represión policial, tendría que significar la drástica reducción o la ausencia de tales fenómenos en los países sin corridas, cosa por lo demás falsa, pues las cifras y la naturaleza misma de los fenómenos desmienten la afirmación anti. El circo romano fue una práctica ciertamente más cercana a la carnicería de las ganaderías intensivas que a los ruedos, lo cual, según la pobre lógica antitaurina, debería volver en romano criminal al inocente niño que consume un trozo de carne o al anciano desvaído que toma un caldo de animal para sobrevivir. Extendernos sobre las consideraciones a propósito de la iglesia o la represión policial, al no merecer tal pobreza argumentativa consideración alguna, no luciría.
Finalmente, en su consabido estilo torpe y mañoso, agorero y probable, vaticinan cual brujo de vereda la no celebración de los 100 años de la Santamaria con la inocente presunción de la muerte para entonces del 99.999999 % de los aficionados, y la “toma de conciencia” del 00000000.1 % restante, cifras por lo demás infladas y lejanas de la realidad, pues cualquier asistente a las plazas colombianas (con más de 50.000 abonados, infinidad de peñas e instituciones taurinas, etc) puede notar la cantidad de jóvenes que asisten, en igual proporción a las personas mayores y no tan mayores. Evade la queja del antitaurino las loables iniciativas que se han gestado en el último año de parte de los jóvenes colombianos en todas las ciudades del toro para atraer a otros jóvenes a la fiesta, para aclarar la verdadera situación del toro y enseñar a valorar el Arte de las corridas (U.del Toro, Peñas universitarias como la del Rosario, Los Andes, La Javeriana, El Externado) y el creciente repudio a las practicas violentas y estúpidas de los antis, identificados en otra clase de protestas que generar desmanes y miedo en la población. Por fortuna, ellos mismo proporcionan los hechos para desmentir tales afirmaciones: en Bogotá, el promedio de boletas vendidas en la Santamaria es de 60.000 entradas, lo cual, según los antis, es una cifra muchísimo menor (recordar que es el 0.0000000001 % de las personas) a la de los antitaurinos (aun cuando en el grupo de Facebook de Colombia Antitaurina hay menos de 8 mil personas, que según ellos son más que 60.000); más deprimente y exiguo es el espectáculo de las protestas, concurridas en número escaso por jóvenes que, a juzgar por su apariencia, no son portentos de la cultura ni el arte más fácil. Sin embargo, para los antitaurinos, son una mayoría aplastante que venden en todos los foros públicos…queda al sensato lector determinar si son más que los miles de espectadores que llenan todos los años las plazas en Colombia el siguiente grupo:


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Miles de Millones de antitaurinos asisten en Bogotá a las Protestas contra la Tauromaquia.



Expertos en Arte y Cultura, eruditos de toda condición intelectual, protestas con una pancarta inspirada en el informalismo de Tapies, porque por supuesto, ellos saben quién es el Marqués.


Solo una mente acosada por la estulticia, la frustración y el rencor, puede catalogar como mayoría a los antitaurinos y minoría a los taurinos.

1 comentario:

  1. Pero qué autoridad pueden tener esa manada de peladitos, que ni siquiera han salido de la adolescencia y todavia los mantienen los papas para saber sobre arte?? chinitos culicagados que uno los ve metiendo marihuana en las protestas y despues...a comer carne.....si los papas los vieran deberian darle juete pa que afinen

    Gentesita que ni a skin ni punk llegan,,,esos antitaurinos dan lastima....por otro lado...qué blog tan bueno!!!!
    TAURINOS HASTA LA MUERTE!!

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