sábado, 12 de febrero de 2011

CONTRA LOS DECÁLOGOS ANTITAURINOS II





Nuevamente llega a mis manos un documento antitaurino que para fortuna de la civilización sí es un decálogo en su expresión formal, pues cuenta con los diez puntos que por definición constituyen un  documento al que se signe como Decálogo; el ejercicio del mismo es rebatir 10 puntos de la defensa de la fiesta, que más que argumentos son afirmaciones cortas que no ofrecen ninguna explicación, condición de la cual han de aprovecharse; por desgracia para el debate los puntos son tratado con una indigencia mental capaz de opacar cualquier posibilidad de discusión, pues en tratándose de un debate tan serio, las groserías y las rabietas de niño poco o nada suman; ulteriormente se trata de las condiciones del toro en sus toriles, antes de salir a lidia, lo que también será refutado inmediatamente después de la cita textual del famoso documento:

 

ARGUMENTOS QUE LOS MALDITOS IMBÉCILES USAN PARA "JUSTIFICARSE": 


1."La corrida de toros es un deporte" 
¿DEPORTE? TE ACEPTO ANTES QUE EL AJEDREZ SEA UN DEPORTE A QUÉ ESTA BARBARIE LO SEA... USAS MENOS CEREBRO QUE UN NIÑO DEL TELETON!!! DESPIERTA!!!! 
Iniciemos con una lista de “Malditos imbéciles” útil para juzgar a qué grupo humano interesan las corridas de Toros: Federico García Lorca, Rafael Alberti , Miguel de Cervantes, Tierno Galván, Vicente Blasco Ibáñez , Camilo José Cela, Tirso de Molina, Miguel Hernández, Valle-Inclán, Manuel y Antonio Machado, Francisco Quevedo, Pérez de Ayala, Jovellanos, Juan Ruiz de Alarcon, Orson Welles, Ernest Hemingway, Peter Viertel, Jean Cau, Ortega y Gasset, Unamuno, Carlomagno, Alfonso X el Sabio, Carlos I de Inglaterra, Miguel Mihura , El Emperador Carlos I, Carlos Arniches, Calderón de la Barca, Fray Luis de León, Alfonso Sastre, Góngora, Benito Pérez Galdós, Jaime de Armiñán, Cossio, Fernando de Rojas, Ginés Pérez de Hita, Vicente Espinel, Juan Enriquez de Zúñiga, Fernán Caballero, Ramón Gómez de la Serna, Nicolás Fernández de Moratín, Duque de Rivas, Ruben Darío, Juan Ramón Jiménez, Gerardo Diego, José Bergamín, Dámaso Alonso, José María Pemán, Jorge Luis Borges , Carlos Velo, Pablo Neruda, Gustavo Adolfo Bécquer, José Bergamín, Blasco Ibañez, Bizet, Jean Cocteau. Goya, Dalí, Manet, Picasso, José Picón , Jacinto Benavente, Bizet, Serafín , Francisco Asenjo Barbieri, Joaquín Álvarez Quintero, Zuloaga, Sorolla, Ramón Casas, Marí Cassatt, Fortuny, Rugendas Lachler, Fernando Botero, Aranda…..Por supuesto y sin lugar a dudas, grupo de “malditos bastardos”, que ni se salva por la inteligencia de un  Rolland Barthes ni la fuerza artística de un Bataille.



La tauromaquia como deporte es un aspecto cierto pero poco significante de la misma; no es ni su fuerza ni su valor, atacarla trivializándola por deporte o no deporte es sólo un bajonazo sin importancia; sin embargo, estamos en la obligación de parar en este punto, al considerar que en la afirmación del anti, obviando el insulto y la poca humanidad que supone pretender ofender a su semejante comparándole con una persona en situación de discapacidad mental ( como si con esto Kenzaburo Oe, por ejemplo, no haya hecho una obra maestra, como si también estas personas no merecieran respeto) hay una torcida identificación de la Tauromaquia con la Barbarie; baste  con primero decir  que formalmente cualquier actividad que implique el desgaste físico en pos de una competencia se define como deporte; el desgaste del Toro y el Torero coincide con la definición, aunque se subraye nuevamente que la fuerza y la valía de la tauromaquia no es la que constituye que sea un deporte; en segundo lugar, la barbarie es otro aspecto al que gratuitamente no se le puede emparentar con el carácter cruento y trágico de una  Corrida de Toros: históricamente el termino BARBARO nace en la  Grecia antigua, donde los habitantes de la Hélade usaban esta palabra para catalogar a aquellos que no hablaran la lengua griega, ni conociera el orden del Demos, la filosofía, la matemática, el Arte y todo aquello que constituye la cultura clásica temprana; reseñar también que el primer pueblo taurino fuertemente ha sido el griego. Según el anti, debemos pensar que un bárbaro no sólo es uno de esos “malditos imbéciles” sino también los griegos, quienes, con un poco de juicio, hemos de definir como todo lo contrario a un bárbaro…

  


2."Los toros son una tradición, y las tradiciones hay que mantenerlas" 
TAMBIÉN TRADICIÓN ES CORTARLE LOS LABIOS VAGINALES A LAS MUJERES EN AFRICA... VE Y CORTASELOS A TU MUJER IDIOTA! A VER SI LE GUSTA!! 
Pd: PERDON X USAR ESE EJEMPLO PERO NO SE ME OCURRIO OTRO 
Una de las constantes en la torpe y atravesada arremetida de los antis es intentar juzgar la lidia de un toro con argumentos provenientes fuera del ruedo y de la realidad del toro. La ablación femenina nada tiene en común con la fiesta brava, acaso la presencia de la sangre, la misma que corre en el sacrificio de reses en el matadero para el consumo humano; según tal lógica débil, la ablación también puede y debe emparentase con el consumo de carne por parte de los humanos, al mediar de la misma manera la sangre y la costumbre de la dieta humana. Evidentemente no tiene ningún asidero en la realidad tal clase de afirmaciones. Hay que anotar, no sin algo de lástima, que la constante de utilizar ejemplos lejanos y ajenos a la fiesta brava es la punta de lanza de aquellos contradictores a los cuales hemos de decirles que, si la fiesta es tan reprochable y despreciable, ha de ser porque ella misma dé los argumentos para refutarla, y que usar argumentación lejana a esta es una forma de acusar que la misma fiesta brava no puede rechazarse sino es con debilidad argumentativa y falta de juicio; aquí nosotros no hablamos de un Neruda ni un Pound opinando la política, pues no era tal el campo de su actividad intelectual, hablamos sí de un Picasso que era artista y pintaba Toros, de un García Lorca quien fuera la potencia cultural de España y cantaba Toros; hablamos, pues, de personas hechas en sus campos de interés intelectual que apoyaron la fiesta con toda la autoridad que les compete sus trabajos, al ser maestros del Arte y la Cultura .
Las tradiciones son quizá la última barrera que queda ante la avalancha globalizadora y globalizante de la posmodernidad; las consecuencias de un mundo sin tradición son el Fascismo y la Bomba Atómica, el Stalinismo y  Auschwitsz, la irremediable pérdida de culturas y expresiones ante la unificación bajo una misma premisa. Luchar contra la tradición, tenga esta el valor que tenga, indiferentemente de los que su perdida constituya, es la manera más lamentable de remediar el pasado negándole, si queremos creerle a Benjamin.
Obviamos los tristes insultos del punto.


3.Las corridas de toros son un arte" 
EL ARTE ES UN PROCESO DE CREACIÓN QUE DA VIDA, NO QUE LA QUITA. 
EL TORERO ES UN ANIMAL HUMILLADO Y DEPRIMIDO QUE SE PROYECTA CONTRA EL TORO POR IMPOTENCIA Y SUPERIORIDAD SIMULADA. PASA MÁS POR ARTE MIS CUADROS CON MACARRONES EN LA ESCUELA, QUE ESTA PORQUERÍA... PASA MÁS POR ARTE MI CACA EN EL W.C.!!! 

EL ARTE ES UN PROCESO DE CREACIÓN QUE DA VIDA, NO “QUE” LA QUITA. (sic)
Una afirmación de esa naturaleza acusa un profundo desconocimiento de la historia del Arte; desde Fidias y Praxiteles, pasando por Velásquez y Tiziano hasta Picasso y Tapies, el Arte ha estado atravesado y alimentándose constantemente de la muerte y sus consecuencias. Son muchas las teorías que aplican a que el Arte nació como la técnica de intentar representar lo irrepresentable: la muerte (leer a Calebrese o a Gaya) y muchos de los cuadros o esculturas o performances que tienen como fijación conceptual el deceso de los que vive (el Guernica de Picasso, los performances de Abramovic, los cuadros religiosos de Caravaggio) ratifican la teoría; ni un cuadro, ni una escultura, ni un acto de Arte viven ni mueren en el sentido común que les atribuye el incauto, lo que les hace Arte es su carácter intemporal causado por una mano genial que sabe llevar a través de los aspectos formales de su obra al espectador hacia la misma eternidad de la obra; indudablemente es echada a suelo la afirmación del antitaurino, en cuanto a que el Arte no tiene una naturaleza vital, sino que es en reiteradas ocasiones tocado por la muerte (Emilie Claudel hasta la locura, Jean Herbuterne hasta el suicidio, Gorky, Pollock, Rotkho, a quienes sus obras opresivas les condujo hasta la muerte). Ahora bien, es preciso aclarar que la Tauromaquia constituye un Arte reconocido como tal por innumerables artistas e intelectuales que tienen la mayor autoridad sobre el tema para afirmarlo, por encima con razón de todos los antitaurinos quienes, al no comprender mucho de arte y emparentar el estrato cruento de las corridas con una forma de no-arte, más por moral que por principios suficientes de estética y artística (como si un Trompe-l'œil constituyera, por ejemplo, alguna moralidad o inmoralidad) atribuyen a la Tauromaquia las consideraciones débiles y erradas tan consabidas en la persecución que han emprendido contra los Toros; lo que se experimenta al ver a José Tomás ejecutando un pase natural es la idéntica sensación que experimenta el entendido al ver un cuadro de Vermeer, al oír una pieza de Bach o al leer a Borges, muy distinto a cualquier sensación baja y morbosa con las cuales se pretende siempre, de parte de los antis, fijar las sensaciones que se tienen en presencia del ruedo, el toro y el torero; extenderse sobre ello es como intentar explicarle a un ateo convencido la belleza de un cristo de Velásquez, o a un creyente la belleza de un Antínoo profano, siempre ha de dar uno contra un muro cuando se intenta explicar que tales sensaciones son capaces de generar un estado de intemporalidad en donde no media nada, ni los reparos de orgullo de un ateo, ni la pudibunda de un católico, ni la hipocresía amoral de un antitaurino; el Toreo es un Arte indiscutible. Algo que jamás podrán rebatir los detractores de la fiesta es el hecho de que el artista más genial de todos los tiempos, un tal Pablo Picasso, fuese un amante declarado y convencido de la  Fiesta, y que él, con toda la potestad que le confiere ser el genio del arte moderno, declarase en reiteradas ocasiones que la Tauromaquia es un Arte (pintado por él, sublimado siempre) constituye un hecho más que irrefutable y certero a favor de la Fiesta. Que no puede entenderse por muchos es normal, lo mismo que no se entiende por la gran mayoría un cuadro como el Guernica, del cual su centro es el Toro.
Por considerar tal afirmación como infantil y superficial, no nos detendremos a considerar si las heces del suscribiente constituyen un hecho artístico, aunque no dudamos que para él así lo sea.


4."El toro muere dignamente" La dignidad es un valor y una categoría construida por los humanos para simbolizarnos cosas. Para un toro la corrida es la muerte inminente; porque se diga o no, toro que pisa la arena termina en la sala de despiece ¿Es digna una muerte lenta, dolorosa, torturante, asfixiante? ¿Una muerte en la que un toro es obligado a someterse a las torturas de un equipo de sádicos? Eso no es dignidad. 
Dentro de la existencia una res, cualquiera sea su naturaleza, ha de verse en diferentes situaciones con respecto al hombre y a las mismas leyes naturales: o bien muere en un ruedo, o bien en un matadero, o bien de causa natural; si según el suscribiente la dignidad es una categoría hemos de diferenciar las distintas posibilidades a las cuales puede ser sometido el toro para así fijar qué es y qué no es digno con relación a las otras posibilidades: la muerte natural de una res se produce invariablemente luego de una prolongada agonía, generalmente consiste en una tuberculosis que la ahoga por meses hasta su estertor, o una esclerosis que también la imposibilita para la vida hasta su deceso; es común en reses dedicadas a la producción láctea; según el antitaurino, que un ser viviente se someta a una agonía prolongada, rodeado de su propia materia fecal al no poder moverse, ahogado y dolido de sus partes, constituye un hecho de dignidad, y ni hablar de sus condiciones vitales que trataremos en el siguiente. También una res puede morir en el matadero como productora de carne luego de una vida consistente en un hacinamiento aberrante (recorte, por ende, de su espacio vital), un engordamiento intensivo por medio de hormonas  (reducción de su ciclo vital, algunas no viven ni un solo año sobre la tierra; alteración de su funcionamiento, especialmente el digestivo, a causa de la continua ingesta de hormonas) y, luego de una vida donde generalmente no pueden ver la luz del sol salvo en el momento en el que son conducidas al matadero, hacinadas nuevamente en camiones inadecuados para el transporte de reses, son ultimadas en frio, en presencia de otras reses, oliendo y sintiendo la muerte desde su llegada al matadero; mucho menos esto constituye un acto de dignidad para una res, desde su nacimiento hasta su muerte viven  en unas condiciones que sólo a un desalmado puede parecerles dignas. Entonces, si de establecer una categoría de la dignidad en la muerte de una res, es preciso decidir, siendo un idiota, que la agonía implacable de la muerte natural (conllevada por meses) o la vida denigrante de las ganaderías intensivas (toda una vida y hasta el deceso sometidas a la tortura de existir) constituyen una dignidad mayor que la muerte en el ruedo. A diferencia de las otras reses el Toro de Lidia vive una existencia envidiable en espacios amplios y sostenibles ambientalmente (su dehesa) donde pueden pastar y combatir con sus semejantes, son alimentados de manera natural con pasto y pienso (conforme a su naturaleza de animales herbívoros) cuidados día y noche por mayorales y veterinarios especialistas que velan por su salud, acompañados de su hato (vacas y novillos, una familia de toros entera), transportado luego de cumplir su ciclo vital (un toro es llevado a la plaza cumplidos sus cuatro años, no antes; un novillo sus tres, no antes) hacia la plaza en camiones adecuados, revisados luego por el veedor y el veterinario de la plaza para salir así al ruedo. Que el Toro esté inevitablemente condenado a muerte, Falso. Unas condiciones de excepcional bravura y casta le garantizan el indulto, al cual sobrevive como puede ratificarse en la red con los videos de IDÍLICO (indultado en Barcelona por José Tomás) o simplemente asistiendo en una ganadería brava a un pastoreo en donde hayan indultados, su número irrepetible y sus condiciones (pitones, pelaje etc) corroborarán que se tratan del mismo Toro, siendo falso que éste muera producto de sus heridas traídas del ruedo. Un Toro de lidia no es obligado para el combate, siendo prueba de esto que algunos son devueltos a los toriles luego de demostrar condiciones de abanto en el ruedo, rehusando el capote o no asistiendo a las suertes. Así, es posible aún preguntar por la dignidad en una res de ganadería intensiva frente a un toro de lidia (en tratándose de la misma especie) y afirmar que la vida y la muerte de un toro en el ruedo es digna, al corresponder fielmente a su naturaleza combativa, al tener la posibilidad de triunfar, al no ser sometido a ningún vejamen (trataremos el tema cruento más adelante) y al ser un animal al cual el ganadero taurino le ha proporcionado una vida palaciega.


5."Los toros son cultura" 
SOLO UN COMENTARIO: A TI Y A TU CULTURA ME LAS PASO POR LOS ******. 
La afirmación del suscribiente no constituye un argumento. Más valdría pasarla como una muestra fehaciente de su pobreza argumentativa. Aún así nos detendremos en las consideraciones culturales de la fiesta brava: la cultura en su definición más básica (en tratándose de antitaurinos la otra parte del debate) signa a la misma como una manifestación inherente a un grupo humano, en este caso la  civilización occidental, que fija en sus actuaciones el pensamiento y el sentir de los hombres y mujeres pertenecientes al conglomerado humano. Ninguna consideración en derredor a la cultura y lo cultural establece un criterio de moralidad o inmoralidad, siendo absurdo que una manifestación propia de un grupo humano pueda situarse en consideraciones de lo bueno o lo malo; hacerlo sería abandonar el terreno de la cultura para entrar en el de la ética. La lidia de Toros bravos está presente en occidente desde los griegos y hoy está vigente, en la forma del toreo moderno, en ocho países (España, Francia, Colombia, Portugal, México, Perú, Ecuador, Venezuela) siendo una manifestación propia que versa sobre la admiración al Toro de lidia y su lucha con el hombre; su representación, su poderío visual, sus resonancias trágicas y metafísicas, han interesado a todos los sectores del grupo humano occidental y han suscitado en torno suya variaciones de sus símbolos y representaciones, como los cuadros de lidia, la música Pasodoble, los textos eruditos de ocho premios Nobel de Literatura y filósofos de renombre etc. Negar que sea característica del pensamiento de un sector humano (constituido por SESENTA MILLONES de asistentes a los toros por año) es pretender tapar el sol con el grosero e iluso dedo de los antitaurinos. Los Toros son Cultura.
 

6."Son parte de la tradición religiosa, que honra a la virgen y a algunos santos" Este es un gravísimo error. La iglesia en varias oportunidades, ha condenado la celebración de fiestas en que se torturen y maten animales. 
HONRAR A LA VIRGEN? OK CREO QUE ESA ES LA MAM**A MAS GRANDE QUE HE OIDO EN LA VIDA PORQUE 1) A LA VIRGEN NO LA TIENES QUE HONRAR Y MENOS A LOS SANTOS; 2) ERES IMBECIL O QUE? 

No puede ser una razón simplemente porque los Toros, si bien tienen algún trasfondo religioso, no dependen de la iglesia  ni de sus decisiones, y fijar el debate sobre su validez en un aspecto accidental de la Fiesta es insulso y estéril. Curiosamente, contrario a lo afirmado por el suscribiente, la Iglesia se ha pronunciado sobre los Toros ha mucho; ahora en cada plaza del mundo hay un capellán, y el mismo, en plazas como las de Cali, Medellín, Caldas o Valencia, encabeza la procesión de la Virgen de la Esperanza Macarena. Sorprende que el suscribiente se adentre, también sin éxito, dentro de la especulación teológica () A LA VIRGEN NO LA TIENES QUE HONRAR Y MENOS A LOS SANTOS) siendo en cualquier caso las suyas ideas planas y populares. Insolencia e ignorancia, decían antes, sin separar una de la otra.


7."Sin corridas no habría toro bravo, éste desaparecería" 
Y A TI QUE TE IMPORTA SI HAY O NO TOROS BRAVOS? SI NO HAY TE MUERES O SECUESTRAN A TU FAMILIA O QUE ES DE TAL IMPORTANCIA QUE DEBE HABERLOS? 

No puede ser sino contradictorio que una persona que se dice defensor de animales le parezca normal y poco alarmante la desaparición de una especie. Indigna, mas no sorprende, esta actitud hipócrita y arribista, que no sólo se manifiesta con la ingesta de carne y el uso de productos derivados de animales cuya vida jamás alcanzará los niveles de bienestar de la vida de un toro de lida, sino que, como lo manifiesta la totalidad de los antitaurinos, tiene el animalista y loado propósito de una lucha en contra del maltrato de una especie para que desaparezca finalmente con la aquiescencia de quienes mal se llaman sus defensores.


8."El toro no sufre" 
Como cualquier animal cefalizado y con un sistema nervioso central, sí siente 
¿Cómo no sentirá un toro la puya, las banderillas o la espada? ¿O acaso el toro se orina y defeca en la corrida, porque le da pánico escénico? 
Me remito a un estudio científico de toda credibilidad al cual han intentado tumbar sin éxito los antitaurinos, alegando estos la necesidad de un sistema intacto para la producción de las betaendorfinas  (lo que no explica la existencia de dichas hormonas supresoras del dolor en toros lidiados, si supuestamente las heridas imposibilitan tal sistema indemne), o la muy cuestionable similitud que pueda existir entre una mujer en acto de dar a luz y un toro de lidia combatiendo (cuando no puede haber igual entre heridas entrantes y la dilatación de un órgano); ante lo que con precisión dicta la ciencia sólo puede anteponerse la escandalosa fe en el absurdo:
http://www.ganaderoslidia.com/webroot/toro_sufrimiento.htm


9."El toro bravo nació para eso" 
QUE??????? Fue el hombre quien lo manipuló y lo llevó a la medida de sus deseos. ¿Es justo darle vida a un animal para quitársela en un acto pleno de dolor y crueldad? 
Que el hombre haya creado ejemplarmente el Toro de Lidia (Bos Taurus Ibericus) con base en lo ya presente en la naturaleza no excluye de ninguna manera que su función sea combatir; los estudios evolucionistas demuestran que la función de todo toro, obviando que sea de lidia o no, es la de defender su territorio de amenazas externas; no es gratuito pues que sea un animal con una potencia avasallante (con su media tonelada de peso) y su par de pitones que pueden y han matado a numerosos matadores en la arena; tampoco es gratuito que tenga una estrategia fijando sus terrenos (la querencia) y que tenga una modalidad de ataque (la humillación, el arreón); a todas luces es un animal de combate.
Criar a un toro con todas las condiciones para su pleno desarrollo tiene que generar necesariamente un animal para la lida; no es justo, pero tampoco injusto: simplemente corresponde a una consecuencia de su naturaleza de la que no se pueden extraer a su vez consecuencias morales, cuando no es moral o inmoral que el león se coma a la gacela, ni nosotros a los animales y las plantas, pues, sobre el tránsito de las ideas morales de los hombres, tan errátiles con los años y las latitudes, las leyes de la naturaleza permanecen inmutables y es una ley de la misma que el toro combata; obviamente la lida no podría ser si el toro no embistiera, si se niega a sí mismo su naturaleza (con lo cual sería vuelto a toriles); mucho menos, tampoco podría hablarse de justicia o injusticia cuando un toro mata al torero, así, ni el hombre ni el toro pueden obligarle al otro ni a sí mismo la justicia o la injusticia cuando la lógica de la tauromaquia es que el toro ataque por naturaleza y el hombre por valor y Arte. Por último, la afirmación del suscribiente incluye a la ganadería intensiva, por lo cual imagino su condición herbívora y la de todos los antitaurinos, tan susceptibles a la sangre del toro pero no a la de los filetes que ingieren.

10."El que quiera ver los toros que los vea, el que no que se vaya" 
Podría decirse lo mismo de la pedofilia: el que quiera hacerlo que lo haga, los otros, que hagan vista gorda y sigan su vida. A VER ESTÚPIDO... QUE VIOLEN A TU HIJO Y TODOS NOS HACEMOS LOS QUE NO VIMOS... TE GUSTARIA? 


Nuevamente incurre el suscribiente en desviar el debate lejos de lo que ocurre en los ruedos: si tanto ha de criticarse a los toros, que sea por lo que la fiesta es en sí misma y no por actos ajenos a un hombre, una plaza, un toro y la incesante representación de la vida y la muerte. Menos para sí que para nosotros, los antitaurinos tienen un repertorio de atrocidades para blandear ante el debate, obviando la primera y supuesta atrocidad con la cual deberíamos debatir, que es la tragedia del hombre y el toro en la arena; la existencia de la pederastia o la ablación ni siquiera se corresponde en lo cruento con la fiesta, al ser actos ocurridos entre humanos, excluyendo cualquier animal, y tales afirmaciones nos dicen nuevamente que lo menos importante para los antis es el bienestar y existencia del toro. Lidiar toros será reprochable y criminal sólo cuando la humanidad en pleno deje de consumir carne, desviar los ríos a sus represas, consumir la energía del planeta y sobreexplotar la tierra para cultivo de vegetales. También será criminal sólo cuando la concepción del Arte y la Civilización no se correspondan con la actual ni con la historia, lo cual es muchísimo menos probable que la renuncia del hombre a la carne, la luz eléctrica y las lechugas.

El texto antitaurino se cierra con el siguiente apéndice, nuevamente mis consideraciones serán inmediatamente después del texto, el cual cito completo:

RITUAL INHUMANO AL QUE SE SOMETE AL TORO: 
24 horas antes de entrar en la arena, el toro ha sido sometido a un encierro a oscuras para que al soltarlo, la luz y los gritos de los espectadores lo aterren y trate de huir saltando las barreras, lo que produce la imagen en el publico de que el toro es feroz, pero la condición natural del toro es huir (,) NO atacar. También se le han recortado los cuernos para proteger al torero. Le colgaron sacos de arena en el cuello durante horas.
 
(OSEA (sic), TORERO MARICON QUE CASI CASI LE DAN AL TORO MUERTO NOMAS PARA QUE MUEVA LAS MANITAS ESTÚPIDAS Y LE CLAVE 2 BANDERILLAS). 
Lo golpearon en los testículos y los riñones (.) Le indujeron diarrea al poner sulfatos en el agua que bebió. Todo esto es con el fin de que llegue débil al ruedo y en completo desorden. Se le ha untado grasa en los ojos para dificultar su visión y en las patas se le puso una sustancia que le produce ardor y le impide mantenerse quieto, así el torero no desluce su actuación. (TRADUCCIÓN: EL TORERO SE VISTE DE HOMOSEXUAL EN LA ARENA, LEVANTA LAS NALGAS Y RECIBE LOS APLAUSOS, POR QUE EL TORO ESTÁ PRÁCTICAMENTE MÁS MUERTO QUE UN VEGETAL)..


Las malas fábulas de los antitaurinos no se sostienen ni a sí mismas, parte del texto contradice al mismo; realmente un toro, antes de salir al ruedo, dos horas antes generalmente, está en una semipenúmbra (y no a oscuras, ya veremos por qué ya que el mismo texto lo demuestra) la cual no debe ser reprochada a los ganaderos ni a los empresarios de las plazas sino a la arquitectura humana: que el chiquero o toril esté dentro de la estructura arquitectónica de una plaza es más una condición de las construcciones hechas por el hombre que un acto premeditado de sevicia, ya que, a menos que no lo sepamos, los cubos de cristal izados para contener bestias sin que sufran daño y entre toda la luz a su sitio no han sido inventados. Inevitablemente habrá penumbra adentro, como lo hay en todo sitio cerrado; ahora, que sea totalmente a oscuras, para provocar la desorientación y el aturdimiento a la salida, es harto improbable según ellos mismos, en cuanto a que afirman renglón seguido que un mal criminal ha de recortarle los pitones, golpearle los riñones y los testículos, untarle grasa en los ojos y echarle pimienta en las patas….cómo? pregunta uno, puede ese mal criminal hacer todo esto si está totalmente a oscuras, sin posibilidad de ver dónde esta el pitón, el ojo izquierdo, el riñón?¡¡¡¡¡¡¡ quisiera reír de la idea de un mal criminal recortándole los pitones a un toro en una habitación a oscuras, donde ni el toro ni él ven nada, tanteando como un imbécil, y he de preguntar y pedir piedad por ese mal criminal que, como el toro según los antis, saldrá de esa oscuridad cerrada desorientado; tendrán que reconocer que una persona que le recorte los pitones, le eche grasa en los ojos y le golpee exactamente el riñón a un toro en la total oscuridad es más que admirable. Por supuesto tales afirmaciones son ridículas, producto de la fantasía y el rencor, afirmaciones tendenciosas como falsas, de la laya de decir que al toro se le somete a tales vejámenes, cuando es el mismo taurino quien exige el toro integro, bravo, boyante: un toro no es afeitado en sus pitones salvo en un festival, lo que es legal y no le desorienta al ser los pitones una parte sin terminaciones nerviosas, mucho menos sensoriales, como si fuera un gato que dependiera de sus bigotes. Prueba de que no se le recortan los pitones son las innumerables muertes y heridas sufridas por toreros en los ruedos, imposibles sin pitones enteros. A un toro de lidia no se le desorienta encerrándolo en la semipenúmbra, puesto que sus ojos no pueden encandilarse al ser un animal que oftalmológicamente no percibe gran cantidad de luz en sus ojos (motivo por el cual descompone la luz de manera fragmentaria) y su fotosensibilidad es mínima, al tener una sensibilidad dicromática; increíblemente, a diferencia de lo pensado, no distingue el rojo del capote. A un toro de lidia no se le da sulfato en su agua, sería imposible que un toro bebiera agua envenenada, pues tiene un sistema olfativo desarrollado y de percibir algo extraño en el agua (acostumbrado como está al agua pura que bebe en su dehesa) el mal criminal tendría un lio al obligarle a un biberón en semejante oscuridad; el sulfato no produce la disentería denunciada, produce inmediatamente la invalidez; a un toro de lidia no se le golpea los testículos pues esto se notaria íntegramente cuando saliese al ruedo; baste decir que sin un toro sale entumecido por la quietud o abanto a la lucha, es inmediatamente devuelto, lo que haría estúpido el esfuerzo del mal criminal. A un toro de lidia no se le ponen bultos con arena pues la parte más cuidada y preciada es precisamente el cuello que ha de conservarse para que pueda humillar y transmitir emoción a los tendidos, sería un contrasentido sólo explicable e imaginable para una mente pobre y vulgar, pretender que la fiesta se clave a sí misma. A un toro de lidia no se le aplica grasa en sus ojos, pues, como expresara ya un antitaurino sensato, un toro con dificultades visuales no lo torea ni el diablo.
En últimas, un toro de lidia no puede ser sometido a tantas cosas y al mismo tiempo salir al ruedo a combatir, a recibir sus heridas y a lidiar, sería impensable que un ser vivo pudiera tanto, a menos que fuera un toro atómico aquel que, después de tanta insultante mancilla, diera lidia por tanto tiempo embistiendo y braveando; paradoja que la ganadería de cabaña brava sea una incierta y hermosa búsqueda del toro encastado, bravo, digno, y que luego de 4 años de esfuerzos y recursos agotados todo se resumiera en darle ese castigo al toro en un sitio oscuro; de ser así, lo que saliese al ruedo no sería un toro bravo, sería un trozo inválido no apto para durar tanto en caballos, en banderillas y muleta; dolido de los testículos el toro no se movería, asaltado por la diarrea dejaría el ruedo tapizado de heces (nunca he visto tal cosa) y tampoco se movería, irritado en los ojos no iría al capote o la muleta sino que su transito en la arena sería un desplazamiento irracional en todas las direcciones, desgastado de su cuello el toro no humillaría como lo hace un bravo, bajando la gaita, sino que intentaría dolerse manteniendo inmóvil su cuello, con polvo pica pica en sus patas el toro no saldría del toril, pues su reacción sería lanzar coces (excusas por el término equino); hay que repetirlo hasta la saciedad: es imposible y estúpido que se le haga todo eso al toro, fehacientemente falso por la lidia que se le hace al estar en sus plenas condiciones físicas. Por otro lado, tal gravedad en las acusaciones tendría que estar soportada en pruebas documentales, cosa por lo demás inimaginable, pues un antitaurino no tiene acceso a los corrales nunca. De una y otra manera, el comportamiento de un Miura o un Santa Coloma es más que suficiente para desmentirles.


Finalmente, hemos pasado por un texto marcado de vulgaridad y falta de juicio, fantasioso e inexacto y que se corresponde con la actitud de un antitaurino plenamente. La Fiesta de los Toros es la más culta del mundo, y no porque García Lorca lo afirmara, lo es porque así misma se hace impenetrable conceptualmente, porque sus protocolos son complicados y desconcertantes, no aptos para la superficialidad y la indigencia mental de los que, siendo tan pocos, pretenden destruir con falacias y niñadas lo que es eterno e indestronable. A los antitaurinos se les pide que sean consecuentes con sus palabras escasas de razón, que si creen que un toro es inválido al saltar a la arena pues que acudan en masa e invadan el ruedo y le protejan. No es que pretendamos que el toro los masacre, como ocurriría, sino que sabemos que jamás serán consecuentes con sus posturas.





 


 


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