martes, 22 de febrero de 2011

GRANDES PREJUICIOS ANTITAURINOS



Imagen grosera y falsa de un Toro,
pues a este NUNCA se le hiere en el pecho ni la garganta!

Inteligencia: es lo que por encima de todo ponderan los antitaurinos como propio y lo que por encima de todo extrañan en un taurino. Bien, someter con todo rigor racional las siguientes consideraciones antitaurinas –tan difundidas en todos los foros que invaden día y noche, noche y día sin tregua- no justifica tal apelativo de “inteligencia” que muy humildemente se auto endilgan. Se esperaría, como se espera desde siempre, que la antitauromaquia dé un paso adelante en el debate, que concurran a rebatir las consideraciones de un Wolf o de un Bergamín, que se junten como se juntan a pintarse la cara de rojo para refutar un Savater o un Boix; muy otra es la realidad, pues la argumentación antitaurina ha sufrido casi imperceptibles variaciones desde la ya consabida y emanada en los años 60´s, que no fuera sino la mezcla de un animalismo radical y algunas nociones básicas de Arte y Cultura. Creo –y tal cosa resulta muy triste para un antitaurino, si lo piensa- que lo más alto que ha llegado la teoría antitaurina es aquella expresada en el Parlament Catalán, en donde se repetían a sí mismos un puñado de personas que sabían ha mucho que la pelea en el auditorio la tenían ganada, no por verdadera, más bien por el factor catalán que con su clima separatista y antiespañol, sumado al oportunismo y la demagogia (cómo pueden expresar 180.000 firmas la opinión de una ciudad con más de un millón de habitantes, sino es por un abuso de estadística?) había apuntillado a los Toros hacía mucho; como sea, personas que centraron su argumentación en consideraciones bilógicas sustentadas en estudios emanados de meganito o sultanito, sin el mismo peso que la argumentación científica aportada por los taurinos, lo que también significa lo tratado en este documento: la antitauromaquia es un prejuicio. Ya hemos considerado algunos puntos, las repeticiones son inevitables.

“El arte es creación la tortura no”. Pero qué artista,  qué catedrático en teoría o historia del Arte ha podido asegurarlo, desconociendo a su vez la esencia y la historia del mismo?¡ Signar a tal disciplina como un acto espontaneo de mera creación sólo atiende parte de su realidad (acaso la semántica, la etimológica),precisamente la parte más básica, más extendida, la más cómoda para un antitaurino; sería necesario explicar que dentro de la misma historia del Arte las diferentes corrientes han propendido a destruir a la anterior, o que diferentes aspectos formales de las obras son, en suma, teoría y práctica de la destrucción: cómo un cuadro Povera, una instalación Materica, un lienzo de Bacon, en fin, cómo tales representaciones pueden ser entendidas lejos de la destrucción de la forma y el concepto, sino es porque un antitaurino no tiene idea de Arte? Quién queda indemne después de un Performance de Abramovic, letanía de la destrucción y la no-creación? Esto no excluye a la Tauromaquia, pues mientras un Arte Povera redunda en la corrosión y desgaste de sus elementos formales, la tauromaquia se erige sobre la construcción de un acto, invariablemente atravesado por la Vida y la Muerte REAL. El Arte también puede y es destrucción.


Castella
Los Toros no son cultura porque cultura también fue el sacrificio humano, la ablación, los gladiadores y los Bee gees: causa vergüenza, pero tal es el supuesto más extendido por antitaurinos; la existencia de factores culturales como la ablación o el sacrificio, incluso de aberraciones de la suerte de la pederastia o el sadismo, no se compadecen entre sí ni en relación a la Tauromaquia; así como nadie rebate a la pederastia arguyendo taimadamente al circo romano, nadie puede sustraerse a la misma operación con la lidia de un Toro. No se cansará en afirmar: por qué no son capaces de criticar a la Tauromaquia con ella misma, con lo que sucede en un ruedo, con lo que respecta al toro, por qué tienen que irse a terceras e inconexas partes, sino es por una falta tremenda de argumentos? Si la lidia de un Toro es tan aberrante: por qué no es suficiente ella misma para ser criticada, por qué ir a ritos desaparecidos hace siglos para criticar algo de hoy?  Como taurinos hemos de exigir que el debate se sostenga en tres pilares: El Arte, La Cultura, El trato y naturaleza animal; lo que resta, o más bien sobre, no es más que arandela vacía y rabieta de ignorante. Si las mujeres africanas son sometidas a la ablación tal práctica no la puede suprimir ni conservar el hecho taurino, y viceversa, pues son planos inconexos, relacionados sólo en la mente desesperada de quien no haya razones suficientes para criticar la Lidia de un toro bravo.

Eh! Podemos comer carne y ser antitaurinos porque la nuestra no es carne torturada, además, no vamos a verla morir al matadero, eh!:  Lo anterior puede sucintamente expresarse con la palabra HIPOCRESÍA; la antitauromaquia es, si quitásemos con cuidado su estructura, la simple lucha por un animal; compadecerse de este y no de los demás es incompatible, expresado esto último por los mismos antitaurinos animalistas, al constituir fundamentalmente un acto de especismo; en otras palabras: qué moralidad es aquella que lucha por un animal en exclusiva, obviando al resto? Cuál es el criterio que se usa para distinguir el sufrimiento bueno y el sufrimiento malo en un animal? La dieta hipócrita-antitaurina?; luchar por este y comérselo luego es incompatible, lucha por este pero usar su piel es incompatible; sabido es que la dieta humana puede suplir las proteínas aportadas por la carne con vegetales (aunque sea la impresión, un vegan no vive sólo de odio y aire, también se pude alimentar exactamente igual al carnívoro sin usar animales) y por ello no habría excusa suficiente para justificar el consumo de carne (carne un millón de veces más sufrida que la taurina, pues una res sufre toda su vida, un toro: poco en 10 ó 15 minutos) paralelo a la postura antitaurina: Si es usted antitaurino y come carne o usa animales, es un hipócrita, y ha de ser consecuente con su lucha; los antitaurinos son antónimos de sí mismos.
 
Si la tauromaquia es cultura el canibalismo es gastronomía: Pero responder a esto es hacerlo bajo el supuesto de que algún gastrónomo o algún Chef lo haya asegurado; no se deben responder a fantasías que apuntan a relaciona imposibles con posibles para descalificar a los últimos arguyendo la falsedad de los primeros; el hecho patente es este: muchas personas del mundo artístico y cultural han asegurado que la Tauromaquia es cultura; aun una simple revisión del significado apunta a que la Tauromaquia es la expresión de cierto nicho humano, lo que le hace cultura, indiferentemente de las consecuencias morales que pueda generar; el hecho no patente es este: ningún Chef ni gastrónomo ha asegurado que el Canibalismo sea gastronomía, al no haber razones suficientes para asegurarlo: por qué, pues, ha de tener relación una y otra, sino es en una mente enferma de silogística e irrealidad?

Si el toro se extingue no pasa nada, porque no es una especie sino una raza, dejémoslos extinguirse que no pasa nada : Ciñéndonos sólo a la parte biológica y taxonómica, obviando así la poca vergüenza que supondría luchar por una especie pero consentir su desaparición, hemos de atenernos a que es cierto: El Toro de Lidia no es una especie, sino raza, de la misma manera que la naturaleza tiene más razas que especies; no puede constituir tal condición un argumento, pues un ser viviente no merece o desmerece su existencia al ser o no ser una especie: sorprende, pues los antitaurinos se rasgan las vestiduras ante el maltrato a los perros, aun cuando estos tampoco son una especie, sino una raza derivada de los lobos más bien, y no por ello no dejarán de brincar si un buen día alguien se propone extinguirlos, como lo proponen ellos con el Toro de Lidia: aquí nos estamos ateniendo a argumentos biológicos, comunes al Toro y al Perro: las especies son un conglomerado que reúne las razas, pero sin razas no habría especies; las razas lo son en la medida que cumplen una tarea dentro del ecosistema al que pertenecen: el Toro de Lidia es el gran agente de su ecosistema (la dehesa) al impulsar el removimiento y renovación de las plantas, la apertura de las franjas de agua etc: en tal sazón, siguiendo la lógica antitaurina, entonces por debajo del Toro es realmente el perro quien mereciera desaparecer, al no representar especie alguna ni cumplir labor en ecosistema alguno (pues no pertenece a ninguno) salvo la de posar para las fotos de las campañas animalistas; en suma, tal actitud-más que argumento, pues es una soberana estupidez- resume la verdadera intención del antitaurino: destrucción desubicada.
A puerta Gayola

Los taurinos van a las plazas porque son seres sedientos de sangre: Busque con paciencia, sinceramente, con detenimiento y juicio, busque en las Plazas en donde he asistido a Toros (Bogotá, Zaragoza), busque en los tendidos de sombra pues sabido es que no puede ser tocado por la luz del sol, persona a persona, ser a ser, pero he de decirle a los antitaurinos que, entre más lo intente, no pude ubicar a Drácula en las Plazas de Toros. Por qué no va Drácula a Toros, si es el primer consumidor de sangre? Fácil, porque nadie va a Toros para ver la Sangre, ni del Toro ni del Torero, al representar la aparición de estas una fracción infinitesimal dentro del rito de la lidia; la presencia de la sangre es cierta, no será el taurino quien la niegue, pero no es la razón de la fiesta, al ser las reales razones cosas muchísimo más elevadas: La Vida, La Muerte, La danza entre la irracionalidad y la Inteligencia, La Oscuridad del Toro frente a La Luz del Torero, etc; como sea, la imagen de la lidia como si esta fuese un destazadero corresponde a otras realidades lejos del ruedo: al sacrificio en mataderos, al proceso de las curtiembres, por ej, y sin embargo a las personas que cumplen tales actividades no se les arrostra que sean seres enfermos sedientos de sangre. La realidad del Ruedo es otra, más allá de la sangre; de ser cierta la implicación, los problemas en contra de la lidia redundarían en eliminar la sangre, cosa plausible, pues no constituye el total de la Fiesta el hecho cruento.

Los taurinos son gentes sádicas y enfermas que disfrutan con el sufrimiento de un animalito muy tierno:  Los antitaurinos pueden pretender tener las últimas verdades en Arte, Cultura y Fisiología Animal (merced a un uso chueco de los conceptos), pero que también sean unos expertos en Psicología? Realmente es muy cuestionable, como tampoco nosotros podríamos asegurar tener las últimas verdades en temas ajenos a la Lidia; así, nos hemos puesto en la tarea de pedir un concepto Psiquiatrico, emanado de un reconocido profesional en la materia- Francisco Tway de Sanmiguel-  a propósito de la imputación “sádicos” que nos adjudican a los taurinos: cito textualmente:

No se puede hablar de un sadismo en la tauromaquia, ya que dentro del concepto “sadismo” se inmiscuye únicamente un desorden psiquiátrico que tiene unas características bien definidas. Dentro de sus raíces nos encontramos con actitudes aprendidas en la infancia como la hostilidad, o con filosofías pesimistas encontradas en varios lugares- por ejemplo en la biblia-; así a medida que crecemos tomamos modelos de crueldad (sea esta extrema o no) dando paso a lo que muchos llamarían sadismo por la simple consecuencia de conseguir placer por medio de este. Y es en este punto donde vemos que el sadismo no es una forma congénita de maldad, ya que el sádico es incapaz de amar tanto a otros como a sí mismo y, como un tirano, desprecia a los demás. Cabe preguntarnos entonces si todos los que van a la plaza se desinteresan por el toro o el torero; en este caso, ninguna relación se basa tanto en el respeto como esta. Concluyendo, que los taurinos sean sádicos es algo muy discutible, pero dentro de la plaza lo que un buen amante de los toros busca es ver el honor y el valor de un torero al enfrentar al toro. El sadismo es una patología catalogada en Colombia con los estándares internacionales, presente en el 6% de la población Psiquiatrica; las causales de la patología (acompañada generalmente con otras), catalogado y registrado el total de personas aquejadas, arrojan que ninguna ha tenido ni tiene un nivel cultural elevado, mucho menos intelectual, siendo el precedente a sus males la presencia de factores económicos y sociales. Hay que anotar que las personas con patología Sádica, repudian cualquier infracción contra los demás cuando no viene de ellos, por lo cual es clínicamente imposible que un taurino sea sádico, al no ser el espectador quien infringe el dolor al animal ni al torero. “ 

Yo anotaría algo muy sencillo: el sadismo es el gozo en presenciar el sufrimiento ajeno –palabra que es una contracción de aquel mítico escritor francés que nunca terminó de gustarme- y, sin embargo, durante la lidia lo que se ve del Toro es lo mismo que se ve siendo este herido o no: que el Toro va y viene por el capote, según la virtud del torero; tales movimientos no difieren en los momentos de la lidia, con o sin sangre, y mucho menos se ve al Toro volcarse en sí mismo y retorcerse del dolor: cuál es el sufrimiento que presenciamos, del cual nos regodiamos, si el comportamiento del toro es idéntico: luchar?


Al toro le echan ácido sulfúrico en las pesuñas, le dan sulfato para producirle diarrea, le echan vaselina en los ojos, le golpean los riñones y le dejan a oscuras por 24 horas antes de salir al ruedo: Claro: no sabía que una fantasía pudiese llegar a ser tan grosera con la realidad: el ácido sulfúrico  (H2SO4un es una sustancia capaz de derretir metales; su uso es restringido y muy cuidadoso; imposible pues que, si derrite el hierro, vaya a dejar indemne la pezuña de un Toro, o que produzca una inocente picazón (pues nadie jamás ha visto a un toro salir al ruedo con una pezuña derretida) y en últimas. QUÉ ESTÚPIDO MANIPULA ÁCIDO SULFÚRICO EN UN CORRAL TOTAL Y CERRADAMENTE OSCURO CON UN TORO DE LIDIA ADENTRO??¡¡¡¡. Ahora, que le den sulfato para producirle disentería? Nunca un ruedo ha resultado tapizado en heces, ni el Toro tomaría el agua contaminada, al tener un aparato olfativo desarrollado, por más que esté en esa oscuridad tan cerrada. Ahora, que le proporcionen vaselina en sus ojos: cómo? Quién le encuentra un ojo a un toro de lidia encerrado en una total oscuridad? (tal supuesto ya fue rechazado por un antitaurino serio y no-fantasioso: Álvaro Múnera, quien expresara públicamente: “Un toro que no ve bien, atropella el bulto completo, no distinguiría el engaño (la muleta) de quien lo engaña (el torero) y termina uno fijo en la enfermería”. “si a un toro le untaran cosas en los ojos, no lo torea ni un brujo!!.); Ahora, que a un toro de lidia se le golpean los riñones? Quién encuentra el riñón derecho en semejantes tinieblas? Quien se mete con ácido sulfúrico y agua contaminada y con un garrote en un corral oscuro con un toro bravo adentro? Ahora, cómo, si está en tan abrumante oscuridad, un antitaurino puede  dar fe de todo esto? Mas aun: puede dar fe realmente de lo que dice? Tiene alguna prueba documental? NO, porque la realidad es muy otra: El toro no es sometido a tales vejámenes, no por irrisorios, su comportamiento en el ruedo desmiente el supuesto de ser arrojado prácticamente como un inválido; el Toro de Lidia ve la luz del sol el día de su comparecencia en el ruedo, ya que el sorteo de los lotes se hace en presencia de los astados; no se le encierra en una oscuridad, sino en una semipenumbra registrada por muchas cámaras, pruebas documentales ciertas y fidenignas. En el caso colombiano, el Toro es vigilado siempre por autoridades competentes: policía, veterinario, y es registrado por el último antes de salir; hasta no tener las pruebas documentales ciertas de tales vejámenes-estúpidos, infundados, tendenciosos, infantiles- no resta más que compadecer la estupidez de quien haya podido formularlos y de quienes crean que puede ser cierto.

No importa que Picasso haya dicho que los toros son arte porque a nosotros no nos parece así y el arte es muy subjetivo entonces: Pero con qué autoridad se arrostran la facultad de pretender saber más de Arte que el mismo Picasso?¡ A diferencia de la gran cantidad de artistas que han considerado a la tauromaquia un Arte (con toda la autoridad, pues son ellos realmente los únicos capaces de decir qué es y qué no es Arte) la antitauromaquia no registra ningún caso de artista (serio, consumado, reconocido, no cualquier pintador con spray) antitaurino, salvo el caso de David Manzur: no resulta extraño que Manzur no tenga ningún reparo de orden artístico hacia la tauromaquia, sino que su cavilación al respecto trate de moral y animalismo? No sería él, al ser artista, quien pudiese decir por qué no es Arte algo que Picasso y Goya consideraron como tal? No lo hace ciertamente, pues con decepción se registra: se reduce a afirmar que la tauromaquia es pederastia, lo que no se compadece de su estatura intelectual. Que sean los artistas los que hablen de Arte, no un grupo más bien joven e inexperto quien nos dicte.
Pronto, más prejuicios antitaurinos. 


3 comentarios:

  1. Muy buen blog con mucha información. Felicidades. Un abrazo desde México

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  2. La imagen del toro herido en el pecho puede ser cierta, aunque al estar desubicada resulte engañosa. Al menos en España el toro, después de muerto y retirado del público, se pincha en el pecho para evitar que la sangre se coagule dentro, sangrarlo bien y aprovechar mejor la carne para su consumo.

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  3. No tienes ni idea de biología. En lo de las razas y especies te has hecho un lío que no tiene ningún sentido.
    En lo demás, cada uno tiene su opinión y lo respeto.

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