sábado, 26 de febrero de 2011

CONTRA ÁLVARO MÚNERA BUILES

Concejal Múnera con una Multitud abrumante de manifestantes antitaurinos


Álvaro Múnera Builes: ex –torero, teósofo, parapléjico, antitaurino confeso, concejal de Medellín, vociferante: aunque la descripción se acerca a lo que sería un personaje de novela a lo Paul Auster (la caricatura pura, la apersonalidad y el buffet de rasgos) se anota por desgracia que el cuadro corresponde a un hombre real, cuya vida y palabras bien merecerían una novela, pero de las malas. Acaso una mezcla estúpida del Nuevo Testamento (pues Múnera se cree Pablo de Tarso, converso de un Saulo-torero quien viera en la mitad de un desierto de arena -el ruedo- la luz cegadora de un Toro –Terciopelo- quien a su vez lo enganchara de su otrora buena pierna izquierda, izándolo y dejándole caer, rompiéndole la médula y convirtiéndolo al humanismo-cristiano-antitaurino por obra y gracia del Señor) y El Tambor de Hojalata (pues a su vez Múnera se cree Oskhar Matzerath: única y pequeña y correcta Luz en un mundo de tinieblas sociales) puede explicar el desatino de esta existencia.


La Conversión de San Álvaro Múnera de Tarso
Ir directamente a las situaciones, aconseja la teoría: Múnera fue torero (de mote Pilarico), compareciente en diversas plazas, prospecto mediocre que sin embargo pudo hacerse con una campaña española; bordeando la misma, en la Plaza de Toros de Albacete, un Toro de nombre Terciopelo logró engancharle para salvarle la vida, dice él, para enviarle un mensaje hermoso, mensaje que el buen Dios le ha mandado en exclusiva, teniendo en cuenta que ningún otro torero se arroga la Buena Nueva, siendo que sí lo hacen ciertas personas, aquejadas de la locura quijotesca: el mensaje, consistente en una parálisis que aún hoy le tiene en silla de ruedas y en la sacra misión de emprender una lucha sin cuartel en contra de la Tauromaquia, mediando toda la mentira y violencia posibles e impensables, ahora es regado con odio y palabrería en cuanto medio sea posible; por desgracia, Medellín –su ciudad- es la más antitaurina de Colombia, acaso del continente, y no porque la tauromaquia no sea concurrida, más bien porque sus pocos detractores son los más violentos y atravesados, gracias al pontificado caritativo-cristiano de Múnera, predicante del odio con tanta fruición como la que usa para cobrar su pensión taurina por invalidez.




Anota Múnera Builes: “Sólo una persona con suficientes desordenes siquiátricos puede gustar del maltrato y muerte de un ser viviente y sufriente”; así mismo, en declaraciones posteriores: “No creo que en aquella época de equivocadas decisiones cuando hice parte del mundo taurino estuviese mentalmente enfermo,”. Y cómo lo iba a estar? También se juzga que Agustín de Hipona antes de su conversión era igualmente santo, así Múnera, antes del Tolle, Lege, estaba cubierto contra la patología que tanto aquejó a un Miguel Hernández, a un Jean Cocteau o a un García Lorca. Sigue Múnera: “cuando la realidad de la mal llamada "fiesta" es clavar, clavar y enterrar hasta matar, cuanto elemento corto punzante se tenga a la mano en el cuerpo del inocente animal”; claro, aunque Agustín de Hipona no olvidara su pasado, Múnera lo hace de manera tendenciosa: falta que el teósofo de Medellín explique en sus Confesiones lo siguiente: a un Toro no se le hiere con “cuanto elemento corto punzante se tenga a la mano”, más que nadie, él al tener su pasado torero debe saber que la Lidia es un rito que precisa de exactitud, que las armas usadas en franco combate con un Toro de Lidia no son “cuantas se encuentren” sino las tres fundamentales que él usara: Pica, Banderilla, Espada: falso e ingenuo suponer que la Lidia se reduzca a la carnicería propuesta en su declaración; el torero no hiere al Toro con lo hallado a mano; le propongo al señor Múnera que arroje al ruedo “cuanto elemento corto punzante” juzgue conveniente: navajas, cuchillas, motosierras, picahielos, antitaurinos que son armas en sí mismos, y que tras ello ratifique su declaración, pues se verá si el torero, al tenerlos “a mano”, los usa. Ahora, que asegure que las heridas son producidas “en el cuerpo del inocente animal” no deja de generar desconfianza: ¿cómo puede un “inocente animal”, “inofensivo animal”, “violentado animal” (como signara él al Toro) provocar la muerte o la parálisis de su combatiente? ¿No es el mismo Múnera el más preclaro ejemplo de la falsedad del mito antitaurino, consistente en la invalidez formal y vital del Toro, antes de su salida y durante su lidia en un ruedo? A diferencia de los antitaurinos, no se pretende que el hombre sea objeto de las calamidades con las cuales somete a los agentes de la naturaleza, ya que no puede igualarse al nivel mismo de otros seres, como ellos a su vez no pueden igualarse a nosotros; no se ve ninguna consecuencia divina en el estado de postración que por desgracia sufre el señor Múnera, lamentándolo mucho, vemos más bien la lógica de la naturaleza, la del combate recto, la de la verdad taurina.
Continúa el señor Múnera, en tratándose del uso del Toro en la lidia: “¿hacemos la prueba en usted señor Capellán de la plaza, en usted señor periodista o en usted señor abonado de sombra?” Se anota: ¿Y por qué ha de ser ese el medio para descalificar la Lidia? ¿Acaso el animalista desestima el consumo de carne deseando a los carnívoros que una Vaca los ingiera? ¿El derecho animal contempla alguna retroactividad? O bien: ¿existe realmente el derecho animal, señor Múnera? De ser así ¿sería tan amable de señalarnos los deberes de los animales, al ser de elemental conocimiento jurídico la imposible separación de derechos-deberes? El teósofo concejal usa el sofisma de la conmoción, el de la lástima, el del rencor aplicado a la caridad y la piedad, aunque no tenga pudor en contradecirse, en hacer de la piedad y la misericordia una exclusividad animal, aunque llame a su grupo de 20 jóvenes Fuerza Anticrueldad Unida por la Naturaleza de los Animales, mientras atiza a la juventud incauta a ser violenta, cruel con el pensamiento contrario, rayadora de carros, calumniadora de todos, inculpadora falazmente de delitos como el asesinato y la pederastia, gritona, intolerante, fundamentalista y radical con dos verdades incompatibles con la lógica de la naturaleza misma. Quedan sí las preguntas fundamentales: ¿Qué pasaría ahora si el Toro Terciopelo no lo hubiese enganchado, hiriéndole el cuerpo y el alma sin remedio? ¿El mundo taurino no sería una equivocación? ¿Todo dependió de un estado de postración suya para que la Tauromaquia empezara a ser despreciable? Sin su accidente, el cual se lamenta profundamente: ¿La Tauromaquia sería correcta? ¿Es el mensaje de Dios herirlo a usted en alma y cuerpo diciendo esto que la Tauromaquia es cosa a erradicar al tener usted cargos de consciencia desde su convalecencia en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo? Si el mundo del Toro es la perdición y la inmoralidad ¿por qué sigue usted recibiendo la pensión taurina que le fue adjudicada? ¿No debería renunciar a ella, por simple y elemental acto de consecuencia y dignidad?
Por supuesto que no lo hará, como no renunciará al odio, a la mentira, al avivamiento de conflictos, a la calumnia, a la infamia, a la cobardía de confrontar a los verdaderos taurinos, quienes siempre estarán en pie de lucha para defender nuestra fiesta. Mientras los taurinos nos defendemos y luchamos con La Verdad, los antitaurinos en cabeza del señor Múnera no se sonrojan al usar sistemáticamente la mentira y la violencia. Para el señor Múnera tal operación es rentable: lo visibiliza políticamente, le da vigencia en los medios al ser, ciertamente, un político exótico, le da cierto nicho preferencial en la juventud incauta y adormecida quien en menguado número le apoya –pero se sabe el mucho ruido que hacen en los medios, siendo bien pocos-le da una posición de mártir que se corresponde con su condición, en últimas, puede llegar a convencer a fuerza de mitos, patrañas y amenazas a uno que otro para que no vaya a Toros.




Imagen Falsa de un Toro de Lidia: Sangra por arriba de las heridas de banderillas visibles y lejos del morrillo picado. El color fucsia de la sangre es sospechoso, producto de la manipulación de la imagen a la cual se le puso brillo y sangre falsa.


Medellín es una ciudad hermosa, de gentes amables y orgullosas, tiene una afición invaluable por los Toros, una Plaza acogedora y moderna; y tiene además un concejal-teósofo- ex torero a la cabeza de un grupo de 20 jóvenes quienes perpetúan -estos últimos- actos de delincuencia consistentes en amenazas de muerte, daño en bien ajeno, calumnia, injuria, etc- que no se compadecen con lo que el lector sensato pensaría: un señor en silla de ruedas y veinte vagabundos poniendo en jaque a la afición de una ciudad muy torera y muy gallarda.
Ciertamente no durará mucho: la consecución de su curul en el concejo se debe única y dependientemente del apoyo inocente que le prestaron los taurinos, quienes eran ignorantes de las verdaderas intenciones y la doble moral del señor Múnera –un cordero de Dios pidiendo ayuda electoral, como en efecto la pidió, a los inmorales taurinos-; la afición paisa no traga entero, el apoyo electoral al señor Múnera no se repetirá, y no será ya el consejo sino otro el sitio desde donde lance su campaña de ira y furia en contra de lo que antes le diera de comer a él y a su familia; (pero yo me falseo: aún le da de comer a él y a su familia: primero con la pensión; luego: indirectamente con su vigencia política merced a su postura antitaurina).

9 comentarios:

  1. Todo el mundo en Medellín sabemos que antes de ser antitaurino, después de que ese toro lo cogió, Álvaro volvió a Colombia y nosotros le dimos todo el cariño y apoyo que hacía falta, lo invitabamos a la plaza y él decía: no quiero ir, no quiero ver que otros tengan la gloria que yo no pude tener....no sé qué pasó..pero después se volvió un antitaurino que nos ha hecho mucho daño...yo lo aprecio muchísimo, nos dió buenas tarde en la Macarena, y muy a mi pesar debo decir que Álvaro odia a la tauromaquia por no poder tener la fortuna y el éxito que la vida le negara...ojalá algún día recapacite. Buen artículo.

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  2. No hay que ser un genio para saber que este señor es sólo un cerdo que ama el dinero: era torero porque sabía que ese mundo lo podía volver millonario, el toro lo dejó minusválido, y como no podía tener dinero así, entonces se fue al lado contrario....si a ese señor se le hiciera el milagro de volver a caminar de nuevo estaría en un ruedo....
    he leído con detenimiento este blog, debo decir que nunca estaré de acuerdo con el maltrato animal, pero si algo me queda claro después de leer todo esto es que nunca seré antitaurino....ni uno ni otro, así no más.

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  3. hasta que porfin alguien le dice la verdad a este señor. a mi me contacto por celular para que votara por el ya que nos conociamos de cuando el era PILARICO y me dijo que era para apoyar la tauromaquia desde el concejo. Luego resulto con el cuentico de que los toreros deberian ser incluidos en el codigo penal y puestos presos por asesinos. señor (si es que le puedo llamar asi a una falta de caballerosidad y honor) munera: y cuando un asesino mata a un hombre, lo que es de verdad un asesinato y no la lucha con un toro, entonces todo depende de que se arrepienta para que no lo metan a la carcel? se le borraa el crimen por pedir perdon? si los toreros van a la carcel ud sera el primero!

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  4. Sólo busca un rendimiento político, una poltrona de por vida que le de la gloria que no consiguió en los ruedos.
    Es una patraña, una mentira y un farsante.
    Múnera, eres repugnante!

    Ángela M.

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  5. Bueno, mis respetos a este señor, una pena lo que pasó pero él debe independizar su desgracia de lo que es la afición. Él tiene derecho? no lo sé, libertad de oponerse? tal vez. En todo caso, su discurso pasa por un tema personal, de frustraciones y desencuentros físicos y psicológicos y así hay que entenderlo. Ni más ni menos. Lo del toro es una afición a un arte inmemorial, lo suyo: un tema personal.
    Saludos desde Lima, con el cariño de siempre al pueblo colombiano...

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  6. Múnera, vaya ventilación de frustración la tuya.

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  7. los taurinos a imprimir este buen articulo, y entregarlo a todos los ingenuos que quieran apoyar a este hijo prodigo, demente e hipocrita de la tauromaquia.

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  8. taurinos sadicos pronto acabaremos con su tradición, lo unico que hacen es borrar comentarios que les incomoda, tipico de ellos, grande el señor Alvaró Munera, es el un gran ejemplo a seguir de mucha gente taurina arrepentida que hay por doquier

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  9. Nadie ha borrado nada aquì, sòlo se demorò la aprobaciòn de su comentario; esto no es un blog antitaurino en donde se soslaya el debate cobardemente. sadico? yo pensaba que era sàdico; en cualquier caso, de ser el taurino una persona sàdica, la tipologìa de esta enfermedad nos dice que es incurable, ergo, el señor Mùnera que ud defiende sigue siendo un sàdico...en cualquier caso, nadie es sàdico por ser taurino, lo cual està dictado por una infinidad de psicòlogos (no por memes improvizadores como Esteban)....en ùltimas, eso de Taurino arrepentido no es cosa que haya por doquier, sòlo conozco el caso triste de Mùnera..hablar tanta mentira sòlo indica de uds una cosa: la antitauromaquia no tiene argumentos, cosa de adolescentes y lunfardos.

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