martes, 15 de febrero de 2011

ANTITAURINOS CARNÍVOROS: ¡PORQUE SÍ SE PUEDE SER HIPÓCRITA!

Toro de Lidia en su dehesa


Propaganda emanada de una web
antitaurina; no es acatada
 por los antis.
La lucha rabiosa emprendida por los antitaurinos en derredor al mundo del toro entraña el sentimentalismo romántico de aquellos quienes, defendiendo sí a los animales por encima del hombre, aparecieron en Europa como organización animalista el siglo pasado. En un estudio muy serio sobre el filósofo Arthur Schopenhauer, Safranski anota que el pensador de Danzig, certero contra la humanidad y amante de los animales, fue el primer caso de animalismo en el país bávaro y probablemente en toda la Europa ilustrada. En cualquier caso, lo animalista nunca había sido ni una constante ni un sistema, como ahora pretenden venderlo los furiosos e indignados que piensan como homo sapiens precisamente al haber éste comido carne cocida. La Alemania del siglo XX, la que vomita el Nazismo y el animalismo, la que protege a los animales por orden del vegetariano Hitler y martilla las barracas de Auschwitz, tiene mucho de aquel romanticismo velado de Schopenhauer en su orientalismo budista y odio a los humanos. Cuando la tauromaquia intentó, vía Francia, entrar en Alemania, los bávaros se indignaron y resistieron cualquier intento de hacer Toro, recordando, eso sí, que su pensamiento tenía poco de taurino; recordando, eso sí, a Schopenhauer. La antitauromaquia y todos los movimientos que conjuga en su cruzada empezaron así a ser financiadas por alemanes y holandeses animalistas, asunto aún presente, pues los antitaurinos manejan cifran elevadísimas para sostener sus actividades (tarros de pintura color rojo, invasión multitudinaria de foros en la red por pocos, pagados y dedicados día y noche a vilipendiar la fiesta, pancartas, pendones, política.) con el muy ilustre y muy lúcido precedente de Arthur Schopenhauer. Sorprende, acaso estemos hablando del mismo Schopenhauer del inolvidable Parerga y Paralipomena, el mismo que se lamenta de un hombre en Hamburgo que regañara a un pescador por su crueldad, armado de discurso animalista y una salchicha alemana en la mano. Lo que dice Schopenhauer es certero: primero debemos luchar contra las salchichas, luego contra guerra. Lo mismo 
podemos decirle a los antitaurinos: primero luchen contra las salchichas, luego contra los Toros!!


Porque tampoco nos pueden vender la conmovedora invención de su vegetarianismo y su animalismo: los antitaurinos herbívoros son una minoría, los carnívoros: la mayoría. Porque en un foro o en la calle siempre que se le pregunte a un anti por su dieta va a decir: Sí, como carne, pero no es carne torturada. O bien: sí como carne, porque la necesito para vivir. O también: sí, como carne, pero no voy al matadero a ver como matan la vaca. Pues deberían, ante todo, ir a los mataderos o a las fincas de ganadería intensiva, sería un desafío intelectual y moral saber cual de las dos es más degradante, humillante e inhumana para una res: si el remedo de existencia que supone su nacimiento y vida en un hacinamiento aberrante (se calcula que una res de ganadería intensiva tiene como espacio vital DOS METROS CUADRADOS, DOS), el desmedido uso de hormonas para engordarle, la sentina donde, de tener espacio, se revolcaría en sus propias heces que le llegan hasta media pierna, su transporte en camiones repletos de mierda y otras reses, si eso o su sacrificio en frío (consta según una queja al ministerio del interior que las reses empiezan a ser desolladas sin terminar de morir, a penas agonizantes, temblando y mugiendo). De las condiciones del toro de lidia no voy a referirme para no repetirme, pero sabido es que nunca jamás va a tener comparación la vida y muerte humillante de una res y la vida y muerte de un astado bravo. El tema aquí hay que dejarlo claro: quienes odian la tauromaquia, lo hacen por el supuesto maltrato al animal en el ruedo. Con qué suficiencia moral, con qué autoridad, con qué juicio que se compadezca de la inteligencia humana, van a poner justificar que subsidien al año la muerte de 20 reses pero se extiendan a la vez como plañideras por 6 toros en una tarde? Acaso las reses de la ganadería intensiva difieren en algo del Toro bravo? Si los reproches a la fiesta derivan de nuestra actitud hacia el animal, qué actitud conservan ellos, sino es la hipócrita de consumir carne y hacerle pistola a los animales que sí necesitan de la queja y el auxilio de ellos? Cómo pueden acallar sus consciencias? Se me olvidaba que la antitauromaquia, especialmente en Colombia, es un ejercicio de consciencia: contrario a lo que se piense, no la genera, la acalla. Cómo puede ser la ganadería intensiva y el consumo de carne hipócrita de parte de los antis algo que difiera de la tortura en vida y muerte a un animal? Son preguntas que compete a otros contestar, si es que quiere hallarse respuesta alguna que no sea esta: HIPOCRESÍA.

De izq a der: Pollos hacinados en avícolas, no ven la luz del sol./Toros en su dehesa./Reses de ganadería hacinadas.

Nunca olvidaré que, cuando queriendo el día de la corrida de Hermoso de Mendoza en la Santamaria verle el rostro a quienes protestaban bajé a la Plaza Sandiego, ante mí desfiló un grupo deprimente y menguado y adolescente, alguna había que gritando como el Burgués pudibundo en Hamburgo contra el pescador lanzaba insultos y consignas mientras en su mano sucia de hipócrita y antitaurina había un perro caliente. Jamás olvidaré la indignación que sentí, pues nunca antes grupo humano alguno había llevado tan lejos el latrocino moral como ellos, pues nunca antes una bestia se había visto tan repugnante como aquella que, gritando a su vez “no más olé”, comía cada tanto su hot-dog: no queda nada más sino esto: los antitaurinos se atragantan en sus reclamos hacia la fiesta con la carne que se embuten. Mientras no estén a la altura moral del debate resta decir que lo que haga la antitauromaquia contra nosotros será algo así como lo que dijera Grass, ese otro inolvidable alemán: “Lágrimas, suspiros, triste suerte, miseria, angustia, temor y muerte”

Toros libres en su dehesa.

    

7 comentarios:

  1. Claro que sí tio!!! si los antitaurinos fueran consecuentas y honestos primero lucharian contra las ganaderias y los mataderos y las salchichas y mortadelas...eso sería lo ético...pero en cuanto ven la posibilidad de que la carne que consumen se extinga...ahi si huyen despavoridos como ratas que son....

    Como siempre...Magistral Germán!

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  2. Es increíble ver los argumentos de los taurinos contra los antitaurinos. No se quien sea más hipócrita en estos casos, porque a decir verdad apoyo tu punto acerca de que no todos son animalistas en su totalidad comiendo la carne de los mataderos, pero por lo menos es un grano de arena para parar esta crueldad humana nada comparada al animal que lo hace por comer y no por diversión.
    Y mira que me parece bastante hipócrita que los taurinos salgan con ese argumento para querer disparar con la misma pistola contra los antitaurinos. ¿Con qué cara pretenden acusarnos y exhortarnos a que respetemos a los animales (no toros) y luchemos por ellos igual como lo hacemos contra el toreo? cuando ustedes envilecen el alma. Y te repito, entiendo tu punto pero no lo comprendo.
    Es triste como intentan degradar una lucha tan noble como es la lucha por la vida, por el RESPETO a la integridad de todo ser vivo racional y no racional.
    Con ese "contra ataque" se me ocurre que también podríamos culpar al león que se come al venado o a la ballena que degusta miles de peces de una sóla bocanada. O por qué no juzgamos y condenamos a todos los gatos por comerse a los ratones y las cucarachas?

    Seamos un poquito menos insensatos, reflexionemos un poco acerca del otro. No estamos en la lucha simplemente por joder, estamos en este movimiento porque creemos en la liberación animal por lo menos de aquellos que no sirven para alimento.

    Soy orgullosamente vegetariana y agradezco a quienes aún no siéndolo apoyan el movimiento antitaurino.

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  3. la hipocresía no esta en hacer lo que por tu bien es necesario... comer carne pero me da lastima saber existe gente que goza del sufrimiento de un animal que no tiene salida y que aun se atreven a llamarlo ARTE, JA! el arte no nace de la sangre ni el sufrimiento innecesario

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  4. Pues de hecho tu post me parece muy absurdo. Es el típico cuento de "yo lo hago porque tu también lo haces". Aunque los anti-taurinos hagan lo que hagan eso no justifica que a un toro se le torture solo para entretener. Es como la gente que justifica tirar basura en las calles solo porque otros también lo han hecho antes. Por supuesto que no se puede vivir sin hacer daño al 100%, pero si se puede elegir hacer el menor daño posible, y el que otros hagan un daño mayor no justifica la fiesta brava. Solo porque hay un psicópata asesino en serie suelto no justifica que yo mate a un vecino que me cae gordo. No porque alguien sea peor que yo eso justifica que yo sea una mala persona...

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  5. Y seguro habrás bloqueado un buen de comentarios que no te gustan, eh?

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  6. No, se equivoca, yo no suprimo comentario alguno, puede constatarlo al revisar los mùltiples comentarios antis que dejo...sucede que me demoro en postearlos, mas nunca los elimino. Con respecto a su disertaciòn, no se trata de establecer un juicio de valor con respecto a la tauromaquia dependiendo la dieta de cualquiera, se trata, eficientemente, de establecer una autoridad moral para hacer el juicio de valor....si yo lucho contra la tauromaquia al ser ella una muestra de maltrato animal pero al mismo tiempo apoyo muchas y diversas formas de maltrato animal no tengo la suficiencia moral para decir algo; lo que demuestra esto es la poca vergüenza y falta de juicio de un antitaurino, nada màs...mucho menos justifica en modo alguno la tauromaquia, pues esta se justifica solita y con sus propias armas, cosa que he hecho en todo este blog, cosa que le invito a revisar si se trata de afirmar, como afirma ud, que la tauromaquia es tortura o sadismo y todas esas pavadas que vociferan. Gracias.

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